Algunas asociaciones de autónomos han propuesto al gobierno pagar una cantidad anual por Formación Profesional para poder realizar formación continua. Los autónomos no tenían derecho a formación bonificada, pero sí los trabajadores que tuviera a su cargo. La cotización por formación de los asalariados es de 0,1%, y se propone cotizar esa cantidad a los trabajadores por cuenta propia sin empleados, y el 0,7% en el caso de que sí tengan trabajadores a su cargo, lo que supondría 10 euros al año en los primeros y 65 euros en el segundo caso.

De este modo 300.000 autónomos podrán optar a esta formación, frente a los 5.000 que pueden beneficiarse hoy día. La formación de los trabajadores autónomos tiene que dejar de ser una limosna para convertirse en un derecho fundamental tal y como recoge el Estatuto del Trabajo Autónomo asimilándonos con la cotización a las mismas oportunidades de mejora de la competitividad que tienen los asalariados.